Muerte.
El hijo encuentra al padre y se hecha en sus brazos,
brazos que son de amor
y por eso, para nunca cerrarlos,
los dejó clavados en su cruz;
entra en su corazón
que
para significar su amor
quedó abierto por la lanza,
manando de él
sangre que redime y agua que purifica.
p.A.H.
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