Para los que aún no sepan, el día jueves fuí asaltada, no voy a repetir la historia, ya que lo he hecho tantas veces, que ya me aburre; pero sí quiero contar lo que vino después.
Una vez que los inútiles carabineros acudieron a nuestro llamado, proseguimos a dar un par de vueltas por si encontrábamos algo, y fue ahí, donde conocí la famosa población la "patria nueva", que en realidad es un toma, de hace más de 30 años. Ví como otra realidad se esconde detrás de unas calles. Antes había oído hablar de esa población por su fama de peligrosa, pero ese día ví otra cosa.
Muchas veces el pobre es pobre, porque quiere, de flojo, de cómodo, de mal acostumbrados que estan a recibir limosnas. Digo esto porque mientras avanzaba en el auto, observaba a señoras en perfecto estado para trabajar, "echadas" en sillas afuera de sus casas, tejiendo, conversando, o simplemente haciendo nada; hombres también en perfecto estado para trabajar, sentados en las plazas esperando que los hijos salgan a robar a jóvenes iguales a ellos, vuelvan con plata a la casa. Realmente me dan pena.
A raíz de los tirones que sufrí y una antigua lesión en mi muñeca tuve que ir al hospital a constatr mis lesiones, y vino lo más impactante:
No conocía el hospita Sotero del Río, por lo que tuve que pasearme por todos lados buscando el lugar donde debía ir, y ese camino, esos pasillos que recorrí, se encontraban atestados de camillas, gente hospitalizada en los pasillos conectados a una cantidad de tubos y mangueritas y quejándose, camillas corriendo de un pasillo a otro, que realmente prefiero ahorrarme los detalles. Mientras esperaba mi turno también me di cuenta que dentro de todo eso, la gente era amigable, se ayudaba una a la otra, es solidaria, es preocupada, que me puseo en jaque.
Al otro día, iba a la comisaría dispuesta a a conocer la realidad que meimaginaba se vivía en una comisaría; fue decepcionante, yo iba dispuesta a ver acción, no vi nada, fue bastante fome, lo más emocionante que ví, fue a dos caballeros discutiendo por quién chocó a quién.
Todo eso, contand las historias que escuché y me contaron, me hicieron replantearme mi futuro,
¿realmente iba a ser capáz de trabajar con estas personas?
llegué a la conclusión que no tenía cómo saberlo, pero las ganas y disposición seguían en pie.
También lleguamos a otra conclusión con mi hermana. La mayoría de la gente que es víctima de algún delito, no lo denuncia, ni siquiera lo cuenta, que lamentable.
CAda vez que contaba lo que me había sucedido, alguien decía que también le habia pasado hace poco, pero se quedaban callados. ¿Por qué? ¿Acaso no se dan cuenta que guardando silencio les hacen un favor?, realmente no lo entiendo.